Como ya sabemos, las propiedades beneficiosas del cannabidiol son
innumerables, no solo como medicamento para tratar diversidad de enfermedades, sino
que nos encontramos ante lo que algunos llaman “un súper alimento”.De esta forma, nos encontramos ante un nuevo alimento, con excelentes
propiedades, y es normal que nos planteemos algunas cuestiones: ¿Es posible
comercializar las semillas de CBD para consumo humano? ¿Quién lo puede hacer?
¿Puedo vender las semillas cultivadas en mi casa?Con las diversas declaraciones mediante las que se declara que el CBD no es un
narcótico, y han sido presentadas de forma oficial tanto por la Organización Mundial de
la Salud como por parte de los organismos Europeos, se abre una nueva opción de
negocio para grandes y pequeños comerciantes, especialmente desde que la Comisión
Europea ha entendido que el CBD puede ser calificado como alimento.Por lo tanto, al menos en el marco de la Unión Europea, es posible comercializar
el CBD, tanto sus semillas como derivados, e incluso productos con CBD añadido de
forma artificial, para su consumo por seres humanos.No obstante, no es una tarea que pueda llevar a cabo cualquiera o, más bien, una
actividad que se pueda realizar sin control alguno. Parece claro que todos podemos
plantar un naranjero en nuestro jardín, y disfrutar de un jugo de naranja recién
exprimido cada mañana, pero eso no significa que podamos vender esas mismas
naranjas a nuestros vecinos.La comercialización de productos alimenticios es mucho más compleja de lo que
pudiera parecer en un primer momento, dado que todos los días compramos y
consumimos productos de esta naturaleza. No obstante, el Reglamento (CE) nº
178/2002 del Parlamento Europeo y del Consejo presenta una serie de requisitos
mínimos para poder considerar a un producto como alimento, y establece
procedimientos estandarizados para asegurar que los alimentos pueden ser consumidos
por las personas sin riesgos.De esta manera, los únicos individuos que pueden comercializar con alimentos
que contengan CBD serán aquellos que cumplan, no solo con los estándares de calidadprevistos en la normativa Europea, sino con toda la legislación existente al respecto:
Autorizaciones administrativas, controles de calidad de la cosecha, utilización de
pesticidas autorizados, controles de calidad del producto final, etcétera.
En cualquier caso, estos procedimientos ya son conocidos por muchas empresas, que cultivan y comercializan productos alimenticios a diario, por lo que cualquiera con los conocimientos y capacidades para afrontar las exigencias descritas puede formar parte de la industria.